La energía en el mundo es un recurso cada vez más escaso y controvertido, extraerlo, en algunos casos destruye el ecosistema del que hay que extraerlo, o cuando el problema no es la extracción, lo es el tratamiento para convertirlo en utilizable.

Quien proponga nuevas formas de energía, está en poder de establecer el precio de su producto.

En economía la determinación de precios considerados abusivos para con el precio considerado en el mercado como estable, se toma como una práctica desleal, comercialmente hablando, se la denomina dumping; refiere también a la práctica de combinar con empresas líderes en posesión o administrador del producto y combinar un precio eliminando el libre precio y proponiendo un precio alto.

La mayoría de los países capitalistas, condenan tal comportamiento y es combatido especialmente.

Argentina junto con indonesia, son dos de los países importante en biodíesel, insumo ecológico que no agrede el entorno, y según la Unión Europea, han incurrido en prácticas de dumping.

No dejo de pensar en que el alumno ha superado al maestro, quizás, pero, en la normas comerciales, es importante que el cliente, cualquiera sea, y en este caso es la Unión Europea tenga la última palabra en la negociación, aunque en el grupo es tradicional esta práctica, es posible que por lo mismo tenga el olfato afinado para sospechar, o la paranoia de suponer, no se sabe.

El caso es que estos dos países, Argentina principalmente, son los únicos productores de este insumo con capacidad suficiente para grandes mercados; la respuesta Argentina, es rechazar la acusación, y defender sus productos bajo la hipótesis que si los productores europeos no tienen capacidad para competir con el producto, mucho menos pueden competir en los precios, y que no es suficiente argumento para acusar a nuestro país de esa práctica.

Desde hace por lo menos dos años que se hacen investigaciones y acusaciones al respecto.

Argentina e Indonesia, con alta capacidad productora penetran en el mercado con precios bajos, las empresas europeas, no pueden competir y dicen que esto deteriora la industria de la Comunidad Europea.

Mirándolo a distancia, esa es exactamente la política que intenta implementar el Estado Argentino, protección de sus productos, al que esta práctica ha destruido gradualmente, más o menos desde hace como 30 años, la Unión Europea, como el principal actor, Estados Unidos, no se miraba el pupo y dejaba de alentar la misma práctica, para destruir la industria de países vecinos.

Es así que nos llenamos de vajilla francesa, ropa italiana, tecnología de Estados Unidos sin que nadie se le ocurra mencionar la palabra Dumping.

La conclusión, es que con leyes que son lógicas, pero desleales con la situación de nuestro país al que se cansaron de explotar, y que nos trajo a la situación actual, pretenden cobrar aranceles especiales por tonelada neta que entra a ese mercado desde Argentina e Indonesia, sólo para ambos países.

A quién perjudican con ello, al usuario directo del insumo.

Nuestro gobierno, claro, rechaza la medida, hicimos gran esfuerzo en optimizar la eficiencia y le costó mucho a este gobierno mantener la conducta de inversión con toda la oposición que como siempre escupe para arriba, como para que ahora pretendan decirnos cuánto cuesta nuestro producto, perjudicando al usuario final del mismo.

Hay olor de que la Unión Europea, bajo discursos proteccionistas que no lo son, ya que es un mercado que no se autoabastece del insumo, de manera que no hay por qué hacerlo peligrar, deja a sus ciudadanos sin la posibilidad de adquirirlo a precios razonables.