Llovizna de eslabones y salpicar largo de sombras sobrevuelan la calzada pavimentada con desolaciones, prisión arrancada al viento y corto atar alambrado derrumban cantos de la nada mientras derrotan al desaliento, saltos libres de la mañana que no se encarcelan en veredictos y abren los brazos amargos ante la ternura que canta como campana.