Entiendo que haya gente que cree en Dios, en Ala, en el mesías, en descogotar gallinas para hacerle un “trabajo” a alguien, lo que a veces me molesta es que la gente que cree en eso no me entienda a mí, que no creo en nada de esas cosas.
Durante años y aún sufrimos de eso, creer, y no en cualquier cosa, creer en Dios, por ejemplo, es signo de buena gente. Cualquier otro es un bárbaro.
Los teístas hemos sufrido este tipo de persecución y discriminación, durante siglos, en otra palabras, somos una abominación, mala gente, mala sangre, somos la lacra de la humanidad, litros de literatura se hace con ello, en El juguete rabioso se Puig, se describe a los personajes judíos, como avaros, sucios, con un tinte de generalización muy creíble, por algo es un gran escritor.
Y así, podría mencionar megas de situaciones por el estilo.
Ahora, resulta que cuando algún sector decide reaccionar, se le viene el mundo encima.
Personalmente estoy a favor del respeto, nunca me atrevería a ningunear, ofender, proferir cualquier discurso en contra de las deidades, Ala, Dios, Buda, etc; pero de ahí a aceptar la violencia por alguien que se expresa de otra manera, es bien diferente.
La opinión religiosa de un extraño es tan molesta como cuando uno habla mal de su mujer, está todo bien, pero si un extraño lo hace, es otra cosa.
Estoy a favor de la tolerancia, y ello implica el respecto a las creencias ajenas y ese respeto, implica, entre otras cosas, no opinar negativamente, ni siquiera en nombre del arte, pero…
La reacción me resulta interesante por la contradicción, la religión islamista nos quiere convencer que para ellos, la vida es sagrada. No voy a discutir el punto.
¿Pero, matar, agredir, destruir propiedades, no va en contra de sus preceptos?
Comparemos crímenes. Quién cometió mayor crimen, el que se animó a ridiculizar a Mahoma, o el que cometió crímenes con esa excusa.
Con hechos como esos, se van construyendo la historia criminal de una creencia o religión, ante esos hechos, parece poco creíble, cada vez es más evidente el uso de la “dignidad” de la creencias para la manipulación de la voluntad de un pueblo, encienden una mecha, cuyo “pecado” es superior a aquel que dicen combatir.
El cristianismo, tiene una historia criminal tan aberrante como la que presenciamos y sin extenderme, cada religión porta lo suyo en materia de violencia y muertes en nombre de una verdad que sólo admiten unos pocos.
Actualmente, el judaísmo, por su cuenta, se ha vuelto un pueblo aguerrido, al que no lo detienen las consideraciones religiosas, tampoco.
En realidad, combatir las premisas de las deidades, debería ser una aspiración, cualquiera sea su origen, no hacen más que separar a los pueblos, crear enconos, intolerancia y sobre todo: es la mejor herramienta de los que son más vivos que nadie, para manipular grandes masas de gente que no sólo le suman poder, sino que además, son usados a su vez como mano armada.
Todo el mundo pide paz en el mundo, propongo comenzar por abolir la religiones, entonces estaremos más cerca de conseguirlo, además de quitar de en medio la excusa de la ofensa como modo de generar poder y ganancia para alguien, seremos menos manipulables.