La playa siempre ha significado dos cosas, despreocupación y diversión; ambas cosas parecen haber sido neutralizadas por este inesperado año en el que los relatos se han concentrado en lo contrario, aislamiento y distancia; nunca antes las inmobiliarias debieron proveer información sobre cómo lograr las condiciones para propiedades que no parecen preparadas para la nueva realidad.
La respuesta natural, pareció ser: mar y distancia. “Si vamos a pasarla aislados el mar es el mejor espacio”; y de este modo las propiedades en la costa adquirieron un interés importante.
Palabras como “seguridad”, “comodidad”, han tomado otra dimensión; por una parte la costa parece que se ha vuelto no sólo un destino deseado para las vacaciones, sino un destino para pasar lo que, en principio, parecía transitorio, la realidad parece complotarse en desvanecer esa idea y en replantear aspectos de la convivencia, lo social, la salud y sobre todo las prioridades.
Pasar de casas vacacionales a vacaciones en la casa, es la propuesta de inmobiliarias constructoras; desde mucho antes de la situación actual, la visión de los que propusieron modelos novedosos para el confort familia, resultaron una solución que vino a resolver, casi compulsivamente, lo que se esperaba una propuesta que sería adoptada con los años.
La buena vida es ahora, y con las comodidades no sólo para la familia, sino también para la vida diaria, la vida social de otra manera, el futuro que parece haber cambiado para siempre.
Necesitamos reconfigurar los espacios, ya venía siendo un desafío con el advenimiento de las nuevas tecnologías, la incorporación del trabajo en casa y todas las formas nuevas de compartir el espacio en familia, produjo un cambio importante en la dinámica de funcionamiento de la casa, no sólo en la arquitectura, sino también en los servicios y el entorno, al que además, había que adaptar a nuevos paradigmas de cuidados ambientales.
Como si ya se estuviera previendo una nueva forma en la calidad de vida, en la zona sur, se estaba creando un proyecto que parecía acomodado a las nuevas condiciones, cerca de todo, incluyendo lagos, infraestructura nueva; mismo como se desea vivir en el mar.
Mar y distancia, lagos y distancia, al que hay que agregarle servicios de hotelería.
Esta es la propuesta del emprendimiento Gaviotas, en San Vicente; cuya inmobiliaria comercializadora cuenta con propuestas integradas entre éste emprendimiento y propiedades en la costa, e incluye la tendencia de implementar negocios u oficinas en naves industriales, con suficiente espacio para implementar proyecto de oficinas, fábricas, comercios; la nueva realidad impone sus condiciones, pero hay suficiente visión para enfrentarla con las mejores posibilidades, emprendimientos que ya estaban en curso, para otra realidad pero adaptables, ya que las políticas de diseño, suelo, medio, arquitectura, entre otras coinciden con los sucesos que acaecen.
Cambiar la palabra “cuarentena” por vivir de otra manera, más sano, relajado y rodeado de naturaleza era la propuesta antes de la pandemia y se ha reforzado durante la cuarentena y más allí, propone un real cambio de vida para un impacto beneficioso en el futuro.