Estos meses nos han puesto a prueba, de repente, nos hemos mirado a nosotros mismos y nos hemos preguntado quiénes somos. Algunos nos dijimos: somos escritores.
Los portes históricos de escritura, los libros y toda su cadena predecesora: el sistema de producción del producto libro, se ha visto conmovido; la literatura, siempre con su pesada carga de tener que rebatir su carácter de innecesaria resultó en un florecimiento inusual.
El ocasiones, había conversado con algunos intelectuales y peleado con la idea de que en la Internet, todo es basura, ante mi respuesta: y sí, si las personas que podrían dotarla de interés y calidad no están en ella.
Vino la presente situación a imponer sus urgencias: ahora estamos todos en las redes; sin distinciones, estamos aprendiendo y adaptándonos rápidamente a las propuestas de la tecnología.
Ello nos ha ofrecido también la oportunidad de acercarnos a movimientos culturales, a publicaciones, se han liberado una cantidad de excelente material de lectura en todos los campos. La literatura está en un momento epifánico.
En especial, me he dejado llevar por la vorágine y he descubierto asombros proyectos de difusión.
Estoy gratamente impresionada, y disfrutando de las propuesta que provienen de Colombia y Perú, dos países que, con contrastes, no se dejan intimidar por la situación, mientras en la primera reciben importantes apoyos de los municipios o instituciones gubernamentales, en Perú, brillan las propuestas privadas, el esfuerzo de escritores, poetas, grupos, colectivos literarios que tiran de su país con la pasión del mero amor por las letras.
Uno de los proyectos que recomiendo buscar: Poetas en Vela, encuentros organizados por escritores colombianos, un espacio ecléctico que tiene importantes invitados de todos los países, me es grato compartir los del argentino Carlos Aldazabal, persona entrañable, no dejen de verlo en el video:
Y el que más comparto, el del colaborador de la revista Metaliteratura, el poeta Julio Barco, Director de http://lenguajeperu.pe y constante en promover la literatura de su país, con un entusiasmo que contagia, y que moviliza una cantidad sorprendente de proyectos que emprende por sí mismo.
Uno de estos proyectos, Perú lee, en el que ofrece seminarios, entrevistas, charlas y material de lectura en una calidad importante; escritores de la talla de Verástegui, Churata, y otros, son programa habitual en su difusión.
Tengo el privilegio de asistir a sus talleres, que son un germen de motivaciones y buena literatura.
Tengo miedo de expresar la idea de que me siento como el personaje de Un sueño realizado, de Borges, al que se le ha otorgado un año para poder terminar su obra; no me encuentro sola en el trayecto, el poeta Julio Barco publica también, inalcanzable, prolífico y he tomado su ejemplo de liberar mi material, el cual se encuentra en el Shop de Metaliteratura.
Aquí el listado de acceso a la interesante obra que Julio Barco trabaja en sus talleres, la gráfica es del próximo seminario.
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